El año que comienza (no es la gran ola).


¿A dónde será que nos va a llevar el 2023? ¿O a dónde será, más bien, que lo vamos a llevar nosotros?
De pronto pareciera como si el año nuevo se tratara de una ola gigantesca capaz de arrastrar todo a su paso, algo así como La gran ola de Kanagawa, famosa estampa que data de 1830, del pintor japonés Katsushika Hokusai. Basta con salir de casa y preguntarle a conocidos y extraños qué esperan del año que recién comienza. Todos, o si no una aplastante mayoría, responderán que esperan que les vaya bien, aunque, si ponemos atención, de sus profundidades surgirá la duda.

La gran ola de Kanagawa

“Pues vamos a ver qué pasa, no se ve fácil el año”, escuché decir a un corredor que comentaba con su grupo a paso de trote en el circuito de costumbre. “Híjole, está complicada la cosa, todo pinta muy incierto”, agregó otra corredora y hasta sacó el aire que le quedaba dentro.

Corredores

Quién no ha tenido esa sensación. A la distancia, cuando apenas comienza a formarse y empieza a dejarse ver, el nuevo año puede parecer amenazador, dispuesto a convertirse en una enorme ola con serias posibilidades de revolcarnos. No es raro que nos invada la desconfianza y sintamos la falta de aire, cierta angustia.

Cuando corro suelo repetir un mantra personal que me fui inventando poco a poco hace años. Entre las afirmaciones que lo componen, me repito estas líneas: “Yo soy la corriente mayor (de energía). Yo soy el caudal supremo. Yo soy el cauce superior. Yo soy la fuente”. Me ayuda a volver a mí mismo en el mar de dudas, me sirve como un ancla que me mantiene cierto en medio de las incesantes corrientes.

El miedo al año nuevo, que no es una gran ola, se quita tomando una respiración profunda y entrando de lleno a su primer día y luego al siguiente. Se trata de hacer sumersiones, bucitos que nos acostumbren a su frescura, hasta fluir. Conviene también tener una hoja de ruta que nos conduzca, escribir las intenciones y los deseos y, si es necesario, comprar unos binoculares para no perderlos de vista y perseguirlos.

Tome aire, salga a correr y deléitese, aproveche que el 2023 todavía no tiene forma y recuerde que para tener un año redondo es recomendable no ser tan cuadrado.

Estoy en FBTwitter, IG y LinkedIn como @FJKoloffon. Y trabajo en La Novelería y en Koloffon Eureka.

Texto publicado en la columna “Don’t Stop me Now” del periódico El Universal.

El año que comienza (no es la gran ola)

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