Tengo la idea de que todo lo que hacemos se proyecta a través de pantallas gigantes en otras galaxias. Me gusta pensar que siempre alguien nos ve, que nada se pierde, que todo queda registrado, lo que hacemos en público, en la intimidad, acompañados o solos. Tengo esta sospecha de que nuestra vida es una película que ven miles de seres sentados en cines interdimensionales, en las butacas del cosmos, donde lloran, aplauden, sonríen, se enojan, se conmueven, se apiadan y nos contemplan embelesados, como se mira a los artistas.
Esta fotografía la hizo Xavier Arredondo, fotógrafo mexicano. La protagonista no sabe de su existencia. No tiene idea alguna de que fue retratada, de que fue impresa a un metro medio ni de que está colgada en mi casa en México. No sabe que en el instante que captó el momento, Xavier supo que se llamaría “El sueño”, aunque yo le he puesto “Recordatorio”, porque eso significa para mí cada vez que la miro.
La imagen fue tomada en París, en la Ópera Garnier. La mujer, de unos 15 años, visitaba el histórico edificio con sus padres, como cualquier turista. Pero de pronto sacó, con cierta duda, unas zapatillas de ballet de una pequeña maleta. No estaba segura de ponérselas, pero su padre le insistió. Xavier alcanzó a oír que le dijo: “Hazlo, es tu sueño, es tu sueño bailar en la Ópera de París”.
¿Cuántas fotografías habrá colgadas de nosotros en el espacio y en tantos universos de los que desconocemos su existencia? Cuántas películas protagonizamos a los ojos de los demás sin tener la menor idea.
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