Gracias, casa; adiós, casa.


Mi primera noche en esta, mi casa,  la pasé casi en vela. A la mañana siguiente tenía examen final de Teoría Política, cuando estudiaba Derecho en la Universidad Iberoamericana, y tuve que desvelarme para memorizar en un día prácticamente todo el curso del semestre —no es bueno estudiar las cosas de memoria porque a los pocos días se te olvidan—. Primero llegamos mi madre y yo, fuimos los primeros de la familia que nos instalamos en nuestro nuevo hogar, porque sólo estaban listos dos cuartos para ocuparse. Al día siguiente, ya con los detalles pendientes terminados, y yo con la seguridad de que había librado bien una materia más, llegaron mi papá, mi hermana y mi hermano. Y, claro, nuestra querida weimaraner, Norka, que poco antes había tenido nueve cachorros.

Llegué de 21 años, mis hermanos de 18 y 17. Nos escapamos varias veces de puntillas para ir a algún bar cuando se suponía que no podíamos ir, hicimos aquí varias fiestas que acabaron hasta el día siguiente en la alberca, cuando mis papás no estaban. Vimos a deshoras partidos de México en el Mundial de Korea y Japón con amigos y con toda la familia. En la misma pantalla, que parecía de cine, descubrí algunas de mis películas favoritas: Shawshank Redemption, Seven Years in Tibet, Billy Elliot, Almost Famous, A Little Princess, Family Man y Big Fish, entre otras.

En esa sala de televisión aprendí muchas cosas de la vida con quien fue mi novia en turno. Luego terminamos y yo me fui de maestría a España, donde todavía conocí más acerca de esto de la existencia y de las relaciones humanas. Dos años después, como el hijo pródigo, regresé a casa con mis papás. Al poco tiempo les avisé que me casaba y que sería papá, todo en un combo de noticias con papas y refresco familiar. Antes de encaminarnos a la iglesia, mis papás y mis hermanos me hicieron una pequeña ceremonia en la sala para despedirme del que fue mi hogar por trece años. Me subí al coche listo para ir a celebrar el comienzo de mi nueva familia.

Quién diría que después regresaría cada domingo con tres hijos y una esposa que han vuelto a traer la algarabía a los espacios de esta casa que se ha llenado de niños, perros, tortugas y peces en la fuente, coches, fotografías, discusiones, reconciliaciones, historias de superación, de aprendizaje, de reflexión, de meditación, de aroma a incienso, de más historias, flores y amigos.

El que era mi cuarto, donde escribí a escondidas mi primera novela, El astronauta terrestre, ahora es la guarida secreta de mis hijos y sobrinos, donde —además de dejar todo patas arriba cada semana— escriben también sus primeras obras de teatro y películas que graban con los iPhones del primer adulto que lo descuida en la sobremesa.

El tiempo pasa, la vida cambia, los ciclos concluyen e inician otros. Y, así, ha llegado el momento de despedirnos de esta casa que guarda tantos recuerdos, tantas voces, tantas noticias, tantas sorpresas, tantos aprendizajes, tanta dicha, tanta gratitud, tanto cariño, amor y música. Pronto mi mamá va a mudarse —con todas estas historias que lleva empacadas en el corazón— a una casa más chica, donde ya no tenga que alzar tanto tiradero de sus nietos cada domingo, y en la que su cuarto le quede más cerca del jardín y la cocina. Por eso le buscamos un nuevo dueño a nuestra querida casa, de la que nos despedimos con todo nuestro agradecimiento para que ahora le abra sus puertas a sus nuevos dueños, para que vivan aquí y construyan muchas historias nuevas. O, quizás, podríamos rentarla para que graben series o películas.

Mientras tanto, aprovecharé los domingos que queden para venir a tomar el sol los domingos y brindar por lo que viene, porque de eso precisamente se trata esta vida, de disfrutar en familia y de llevar el hogar con nosotros a donde sea que vayamos.

En una de las calles más hermosas de Bosques de las Lomas. Diseñada por el arquitecto Xavier Almanza. 1000 m2 de terreno, 900 m2 de construcción. 4 recámaras grandes con baño, clóset, vestidor (1 con tapanco, 1 con chimenea y 2 grandes vestidores además de baño sauna). Cuenta con recibidor, puerta de madera de hacienda, techos de viga, sala con chimenea (cuenta con espacio para piano y cantina), comedor, family room, zona de oficina amplia independiente (o cuarto de juegos y cine), terraza techada con alberca y jacuzzi, jardín, espacio para 7 coches, cuarto para quienes ayudan en la casa, cuarto de planchado, cuarto de lavado, baño completo exterior independiente, cámaras de vigilancia.

Se vende casa en Bosques de las Lomas
Se vende casa en Bosques de las Lomas

Informes de LA CASA conmigo (Francisco J. Koloffon) al correo: koloffon@koloffoneureka.com.

Gracias, casa; adiós, casa.


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