A mi parecer, transmitir de generación en generación la confianza en los sueños, es la más valiosa de las herencias. En el inventario de la mía, entre lo que habré de dejarles a mis hijos, incluiré algunos libros, discos y, por supuesto, varias películas que irremediablemente han inspirado los míos.
“Campo de sueños” (1989) [Field of Dreams] es una de mis favoritas. La vi varias veces en mi juventud y apenas el fin de semana pasado se me ocurrió ponérsela a Regina mi hija, quien a la mañana siguiente se iba por una semana al Simulador Profesional (SIPRO) del Club de Futbol Pachuca.
La cinta comienza con una voz espectral que misteriosa y repetidamente le susurra a Ray Kinsella (Kevin Costner): “Si lo construyes, él vendrá”. Casi al mismo tiempo, ante sus ojos surge un espejismo: un enigmático campo de beisbol con grandes luces construido en su sembradío de maíz, en Iowa, en medio de la nada.
Tras creer haber dilucidado el mensaje y su visión, Ray decide cometer la locura que acaba por llevarlo a la bancarrota. Pero una noche, cuando su esposa lo conminaba a sembrar maíz de vuelta, un hombre aparece de pronto en el montículo del campo y le pide permiso para jugar.
Ray descubre que se trata de Shoeless Joe Jackson, el legendario jugador de los Medias Blancas de Chicago, quien junto con otros siete jugadores fuera vetado de las Ligas Mayores en 1919 por perder intencionalmente el partido de campeonato frente a los Rojos de Cincinnati.
A partir de esa noche, Joe y los demás medias negras, como fueron apodados por el escándalo, regresan a diario junto con otros peloteros para saldar cuentas pendientes con el beisbol y la vida, mientras Ray tendrá que arreglárselas para que la gente acuda de todas partes de Estados Unidos a verlos, para salvar con sus entradas su tierra.
Al llegar el día después con mi hija a la Universidad del Futbol, a las afueras de Pachuca, casi en medio de la nada, al tiempo que avanzaba en la fila de autos pensé que no solo los libros te encuentran con puntualidad, sino también el cine.
ACTUALIZACIÓN: El día de ayer, 12 de agosto del año 2021, sucedió algo maravilloso: Los Yankees de Nueva York y los Medias Blancas de Chicago se enfrentaron nada menos y nada más que en el campo de beisbol recién construido en Dyersville, Iowa, exactamente donde se filmó la entrañable «Field of Dreams», un partido absolutamente de película.
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Columna publicada en el periódico El Universal.