La triste historia del señor López.


Quiero llorar.

Primer acto: me ofrecen los de Axtel muy cortés y amablemente un plan de 50 megas para mi casa. Me dicen que también hay uno de 20, pero que, obviamente, la velocidad es incomparable con el de 50.

Segundo acto: me convencen luego de hablarme maravillas del servicio y de la rapidísima navegación.

Tercer acto: vienen a instalar todo a mi casa mientras yo estoy en la oficina trabajando, dejan el internet funcionando, me llaman para avisar que ya quedó todo bien y todos muy felices.

Cuarto acto: al día siguiente me conecto desde mi laptop, realizo una prueba de velocidad y, ¡oh, sorpresa!, 20 megas de velocidad de subida y bajada.

Quinto acto: llamo a servicio a clientes, me contesta un tal Francisco Bocanegra, le cuento toda la historia del primer al cuarto acto y me dice:
—Es que vía WiFi sólo va a poder navegar a 20 megas, es lo que soporta nuestro servicio y nuestros aparatos; si quiere navegar a 50 megas se tiene que conectar por Ethernet”.
—¿Y como por qué me avisa esto ahorita y no cuando me llamaron para venderme su maravilloso plan de 50 megas?
—Está estipulado en el contrato, señor López.
—Primero, ¿cuál contrato?. Segundo, ¿quién diablos se conecta hoy día vía Ethernet. Y, tercero, soy Koloffon, no López.
—El contrato está en nuestra página de internet, señor López.
—Ah, pues ahí está muy bien su contrato, escondido en la dimensión desconocida, qué bueno que me avisa. Avíseles ahora a sus vendedores, para que antes de embaucarnos y tomarnos el pelo nos expliquen sus cláusulas alevosas. Y explíqueme algo, ¿si contrato un plan de 20 megas, a cuanto navegaría por WiFi, a 10 o cómo?
—Ahí si navegaría a 20 megas, porque nuestros equipos sí soportan esa subida y descarga vía WiFi. Pero ya 50 no, es mucho, señor López.
—O sea, me vendieron un plan de 50 megas, que cuesta casi el doble que el de 20, sabiendo que navegaría a 20. Son unos perros malditos. Y acuérdese bien de mi apellido, Koloffon, no López, porque voy a hacer que todos se enteren de sus artimañas para que no los contraten…

Moraleja: no contraten Axtel, es una compañía engañosa. Y compartan, para que no haya más señores López en este país en el que ninguna autoridad (ni la Procuraduría Federal del Consumidor) regula a estos desgraciados.

Y así, historias para aventar para arriba con un sinfín de proveedores de servicios. Y como dice Jaime Maussan, nadie hace nada.

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